Aprovechar cada segundo de nuestra vida, ser productivos, no perder el tiempo son ideales y necesarios, pero el problema surge cuando estos se convierten en obsesión con serias consecuencias para la salud, obsesión que se llama cronopatía.
¿Qué es la cronopatía?
La cronopatía es la obsesión por el tiempo y aprovecharlo a máximo, la dificultad para detenerse, inclusive ante el agotamiento.
El término cronopatía deriva de las palabras griegas cronos, “dios del tiempo” y pathos, que es “sufrimiento” o “enfermad”, entre sus otras acepciones.
Los factores detonantes derivan de la vida contemporánea, donde la inmediatez, la velocidad, y la sobrecarga de tareas tienen un mayor peso que el descanso y el disfrute, tienen un papel importante en su aparición y empeoramiento.
En términos clínicos no se considera un trastorno mental, pero su afectación es psicológica y trae consigo consecuencias para la salud física y mental.
¿Quién es más propenso a sufrirlo?
- Las personas que están constantemente preocupadas por todo.
- Las personas que tienen la necesidad de satisfacer la exigencia social de la productividad, que les hace llenar sus agendas de responsabilidades y obligaciones.
- Las personas perfeccionistas, exigentes con los demás, pero sobre todo consigo mismo; baja tolerancia al error, a veces asociado al fracaso.
- Las personas obsesivas y dependientes del trabajo, priorizando sobre la vida personal.
- Las personas altamente competitivas.
Consecuencias de la cronopatía
- Cansancio, fatiga, agotamiento físico y mental.
- Ansiedad acompañada de nerviosismo.
- Tensión, estrés que en el tiempo pueden provocar otras alteraciones psicosomáticas tales como, como insomnio, hipertensión, debilitamiento del sistema inmunitario, dolores musculares.
- Estado de aceleración e hiperactividad constante.
- Desconexión con las propias emociones.
¿Qué podemos hacer?
En algunos casos, se pueden incorporar técnicas para organizar y controlar mejor el tiempo y poder disfrutar una vida plena y bienestar emocional. A continuación, os dejamos algunos consejos.
- Aprender a disfrutar el proceso y no solo el resultado, ser consciente de él.
- Parar y tomar conciencia sobre como estamos y como nos sentimos, tanto a nivel físico (cansancio, sueño, etc.), como relacional (familia, amigos, pareja, aficiones, etc.). Para ello se recomiendan practicar actividades como yoga, meditación, actividades que ayudan a conseguir bajar los niveles de estrés, consiguiendo un estado de relajación y un buen sueño.
- Registrar las cosas que se hacen a lo largo del día para poder ver al final de día cuantas cosas se han hecho (que muchas veces se olvidan) y para poder estimar mejor cuando se abarca en exceso, para no saturar la agenda, para volverse más consciente de lo hecho y no sentirse tan saturado.
- Aprender a organizar la agenda de manera equilibrada, dejando lugar a momentos de NO productividad para desconectar y descansar (siesta, paseo, o hacer nada es muy saludable).
- Dejar lugar a planes de disfrute e imprevistos con los seres queridos.
- Aprender a delegar las tareas, establecer límites o a decir no, cuando haga falta.
- Y lo más importante, aprender a pedir ayuda.
Pero en el caso de sufrir una gran obsesión por aprovechar el tiempo y sufrir por ello, es necesario acudir a un psicólogo. La psicoterapia ayuda a las personas a aprender a detenerse y disfrutar del momento, salirse de la agenda programada y comprender que no aprovechar al máximo el día no es sinónimo de incompetencia.
Si tienes alguna duda respecto a la cronopatía o crees que podría estar sobrepasándote en Marhela, centro de psicólogos, estaremos encantados de ayudarte en este proceso. Puedes ponerte en contacto con nosotros para pedir cita llamando al 623 165 444 o mediante el formulario de contacto en nuestra web.
Nos vemos en el próximo artículo.