En España, son muchas las personas que sufren enfermedades que no les permiten valerse por sí mismas. En la mayoría de los casos, son los familiares directos (cónyuge o hijos) los que se hacen cargo de sus cuidados diarios. Sin embargo, y pese a no ser ellos quienes padecen una enfermedad, estos pueden ir sintiendo con el paso del tiempo algo a lo que llamamos Síndrome del Cuidador Quemado.
En el artículo de hoy vamos a hablar en profundidad de esta problemática, también llamada Síndrome del Cuidador Primario o Síndrome del Cuidador. Si te interesa saber más sobre este tema, sigue leyendo.
¿Qué es el Síndrome del Cuidador?
El término Síndrome del Cuidador, también conocido por Síndrome del Cuidador Primario o Síndrome del Cuidador, hace referencia al conjunto de síntomas, tanto físicos como emocionales y psicológicos, que experimentan las personas que tienen a cargo durante un periodo prolongado de tiempo a personas con dependencia.
Es decir, son dificultades que puede experimentar cualquier persona que cuide de manera constante y continuada a familiares o seres queridos que padezcan dependencia en cualquier grado, ya sea por enfermedades o discapacidades.
Por regla general, y como hemos comentado anteriormente, son los familiares más allegados los que suelen hacerse cargo de estas personas dependientes, dedicando gran parte de su tiempo y energía a su cuidado y bienestar. Esto puede tener como consecuencia el descuido del bienestar propio, que es lo que, con el tiempo, se termina convirtiendo en el Síndrome del Cuidador.
No obstante, y pese a verse más en los familiares cercanos, también es un problema que se puede observar en personal sanitario y profesionales relacionados con el entorno del cuidado como personal de enfermería, trabajo social, medicina, psicología…
Síndrome del cuidador: síntomas
Es muy importante aclarar que esta problemática no es una enfermedad, sin embargo, se manifiesta mediante una serie de síntomas y/o alteraciones que afectan al estado de salud de las personas que la sufren. Algunas de las señales más asociadas a este síndrome son:
- Agotamiento físico
- Cansancio emocional
- Ansiedad
- Depresión
- Estrés
- Insomnio
- Irascibilidad
- Dificultad para relacionarse
- Dolencias corporales
- Aislamiento
- Alteración de la memoria
Fases del Síndrome del Cuidador
Esta serie de síntomas no son algo repentino, sino que se van dando de manera paulatina y por fases. Estas podrían resumirse en las 4 etapas expuestas a continuación:
Asumir la responsabilidad
Dada la situación, las circunstancias y la dependencia de la persona enferma, debe establecerse un líder que asuma la responsabilidad de su cuidado. Cuando se trata de una situación familiar, este rol suele asignarse a una única persona, pese a que el resto de la familia también se haga cargo. En caso de que sea un profesional o profesionales, el agotamiento también puede venir provocado de la sobresaturación de trabajo.
Consciencia de la dificultad y esfuerzo
Tras comenzar a hacerse cargo de la persona en cuestión, por regla general, la persona cuidadora se percata de la dificultad que esto supone: Atender a la persona dependiente conlleva cubrir tantas necesidades y cuidados que sobrepasan a la persona que los provee.
Pese a esas altas cargas, la persona sigue proveyendo el cuidado. Ante esta situación, comienza el desgaste para la persona y una sensación de agotamiento y carga empieza a invadirle.
Alteraciones en el comportamiento
Con la exposición constante a estos cuidados y al agotamiento, la persona cuidadora comienza a desarrollar los primeros síntomas. Estos, normalmente, suelen ser el cansancio mental o el aislamiento social.
Pasado un tiempo, comienzan a desencadenarse los demás, viéndose alterado el comportamiento propio de la persona.
Alivio y sensación de liberación
Ante la muerte del ser querido o el ingreso de este en una residencia, los sentimientos de alivio y liberación florecen en el cuidador/a y, con estos, la sensación de culpa.
Sin embargo, esta reacción es natural y no es negativa: La persona en cuestión ha salido de una situación en la que se sentía atada y, por ende, mal. No obstante, hay vida más allá de ser cuidador, y esto ha de ser interiorizado.
¿Cómo superar el síndrome del cuidador?
La base, tanto de la prevención, como de la superación de este síndrome, reside en cuidarse uno mismo. Es imposible cuidar de alguien si nosotros mismos no prestamos atención a qué necesitamos. Al cuidar de nosotros, seremos capaz de cuidar más y mejor a la persona que nos necesita.
Además, en caso de considerarlo necesario, podemos pedir ayuda. Ya sea para nosotros mismos con profesionales de la salud o compartiendo la carga del cuidado con otros familiares o profesionales, pedir ayuda brindará a la persona cuidadora una sensación de liberación que le ayudará a comenzar con la recuperación.
Conclusión: cuídate a ti mismo primero
Como has podido observar, el síndrome del cuidador es algo paulatino y casi invisible que, ante la sensación de responsabilidad por el cuidado de la persona enferma, se va apoderando lentamente de nosotros.
Si crees que puedes estar sufriendo este síndrome no dudes en contactar con nosotros. Somos expertos en terapia para adultos y te ayudaremos a establecer las directrices correctas para recuperar tu bienestar emocional.