Es común oír o decir que alguien está deprimido. Sin embargo, no todas las sensaciones de tristeza son indicadoras de lo que formalmente se denomina “depresión”. De hecho, sentirse triste, sin energías o decaído en algún momento es normal. Cuando hablamos de depresión, estamos denominando un trastorno del estado de ánimo donde las emociones como la tristeza, la frustración o la falta de interés están presentes durante un periodo de al menos dos semanas y son de tal intensidad y/o frecuencia que afectan negativamente y significativamente la vida de quienes las experimentan.
¿Cuáles son las características de la depresión?
Estado de ánimo bajo
Quizá la parte más conocida de la depresión sea la afectación emocional. Cuando hablamos de depresión solemos hablar de sentir gran tristeza, melancolía, desánimo, o desesperanza que invaden el día a día y generan un gran malestar emocional. Estas emociones no se expresan igual en todo el mundo. De hecho, los/as niños/as y adolescentes tienden a mostrar con mayor frecuencia irritación, frustración y enfado en vez de tristeza.
Falta de interés o incapacidad de disfrutar
Aunque suele relacionarse la depresión con el estado de ánimo bajo, también puede expresarse por no encontrar nada que nos motive, porque no haya nada que nos interese o genere felicidad, sintiéndonos incapaces de sentir placer o disfrutar de algo. Esta sensación de no tener nada que nos mueva es tan importante como el estado de ánimo bajo. De hecho, puede haber personas que, en vez de tristeza, sientan ese vacío, esa imposibilidad de sentir placer o encontrar cosas que les interesen.
Pensamientos negativos
Acompañando la afectación a nivel emocional, la depresión también puede mostrarse en cómo pensamos. La depresión puede expresarse por tener pensamientos de culpa exacerbados (por ejemplo, sintiéndonos culpables por algo que todavía no ha pasado, o por algo en lo que no tenemos control) o pensamientos de tener poco valor como persona (por ejemplo, pensando que no somos buenos en nada, o que no aportamos nada a la gente). Además, podemos tener pensamientos frecuentes relacionados con la muerte o pensamientos suicidas que nos ponen en alerta sobre el gran malestar que estamos sufriendo y la importancia de buscar ayuda.
Alteraciones del sueño y del apetito
Junto con los cambios en nuestras emociones y pensamientos, podemos experimentar cambios en nuestras ganas de comer, en el peso y en el sueño. Podemos tanto tener más apetito y ganar peso, como no tener ganas de comer y perder peso de manera significativa. Del mismo modo, podemos tener problemas de insomnio por no poder conciliar el sueño o despertarnos varias veces o muy temprano. O todo lo contrario, podemos pasarnos todo el día cansados y con sensación de somnolencia.
Afectaciones mentales y corporales
La depresión también puede expresarse por tener habitualmente falta de concentración y dificultad para razonar. Esto puede conllevar dificultades para tomar decisiones o evitar realizar o postergar tareas. Asimismo, podemos sentirnos sin energía y con mucho cansancio incluso haciendo pequeñas cosas que no exigen mucho esfuerzo.
En casos de mayor gravedad, pueden aparecer cambios en nuestros movimientos corporales pudiendo aparecer tanto agitación como sensación de más lentitud de lo normal.
Si además de estos consejos consideras que necesitas ayuda profesional para trabajar sobre esta temática, te recomendamos visitar nuestros servicios de terapia y psicología para adultos o terapia psicológica para adolescentes, también puedes rellenar nuestro formulario de contacto o llamar al número de teléfono 623 16 54 44, te atenderemos rápidamente.